Un diagnóstico muy fiable (Mateo 9:12-13)

Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.  Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.(Mateo 9:12-13)

«Creo que la Biblia es la Palabra de Dios porque “discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12).


 

Para mí, que soy médico, una de las razones más convincentes del poder de la Biblia es que hace un diagnóstico muy fiable de mi estado interior. El mal escondido, que ningún método de investigación moderno como el escáner, la radiografía, ecografía, IRM… podrá revelar, la Biblia me lo ha mostrado. Sin riesgo de cometer un error, declara lo que soy por naturaleza, es decir, que estoy perdido debido a mis pecados, y que por ello no puedo tener la vida de Dios.

Descubrí esto en la Biblia, pero en ella también hallé el gran remedio, es decir, Dios mismo, un Dios muy diferente de lo que siempre me había imaginado. Lleno de amor y compasión, se acercó a mí por medio de su Hijo Jesucristo, el Creador de los mundos que se hizo hombre para poder rescatarme y darme la vida eterna.

Creo en la Biblia, pues está adaptada a todas las clases y culturas de los hombres. ¡Conocer la Biblia y no creer en ella es un suicidio espiritual!

Y si la fe me pone en relación con Dios, quien nos revela su voluntad por la Biblia, voy por todas partes a donde me conduce, sin poner en duda su voluntad; sé que ella es mejor que todas mis ideas, así que puedo abandonar mis planes más queridos. No hay límite para la fe en Dios».

“Lámpara es a mis pies tu palabra (la Biblia), y lumbrera a mi camino” (Salmo 119:105).