“Las repetirás a tus hijos”

Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.( Deuteronomio 6:6-7)

 


Se habla mucho de métodos modernos para despertar y desarrollar la mente de los niños. La pedagogía activa apunta a hacerlo respetando la personalidad de cada uno, permitiéndole afirmarse y no imponiéndole maneras de pensar y actuar propias de los adultos.

Es cierto que entre tratar prematuramente a los niños como adultos, o poner toda su nivel con el riesgo de tener luego a hombres con mentalidad infantil, hay lugar para  una equilibrada educación.

Los verdaderos educadores siempre la practicaron, estuvieron atentos a ponerse al alcance de los niños, pero sin debilitar una autoridad firme, amante y justa. El actual relajamiento de la autoridad de los padres probablemente es el peligro más grave para nuestra sociedad.

Para los padres creyentes, abdicar de la autoridad que Dios les da al confiar los niños es contradecir la palabra de Dios. Si aman a sus hijos, ¿no desearan colocarlos desde su edad más tierna  bajo la influencia de esa palabra, pidiendo a Dios que la bendiga? No podemos convertir a nuestros hijos, su fe debe ser una fe personal en Jesucristo, aquí en cada uno encuentra por sí mismo, pero nuestra misión es prepararlos para tal encuentro.

(Léase lo que Dios dijo de Abraham en Génesis 18 :19). Por eso, repitamosles las palabras de la escritura, procurando explicárselas. Y no olvidemos poner en práctica sus enseñanzas a través de nuestro propio comportamiento.

 

 Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él.(Génesis 18:19)