Jeremías no fue lanzado a la cárcel por haber dicho: “Crea y yo declaré la victoria.”
Daniel no fue lanzado a la cueva de los leones por haberle dicho al rey.
“Sonríe dios te ama.”
Juan el Bautista no fue decapitado por decirle a Herodes:
“Yo profetizó bendiciones sobre tu vida.”
Todo esto sucedió porque ellos dijeron “ARREPIÉNTANSE”