Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado? (1 Reyes 8:26)
Dios está en todas partes; no está confinado por el espacio.
Por grande que sea el universo, Dios es más grande. Su ser llena todo el infinito. Es omnipresente, está presente en todas partes. Dios dice: “¿No lleno yo los cielos y la tierra?” (Jer. 23:24). Salomón dijo en la dedicación del templo: “¿Acaso habitará Dios en la tierra? He aquí que ni el cielo ni las alturas pueden contenerte, ¡cuánto menos esta casa que yo he edificado!”. (1 Reyes 8:27). No hay límites de tiempo ni de espacio para Su presencia.
Algunos pueden objetar a la doctrina de la omnipresencia, diciendo: “¿No contaminaría el pecado del mundo a un Dios omnipresente?”. No. Dios está en los corazones de los pecadores convenciéndolos de pecado. También está en el Infierno, donde “puede destruir el alma y el cuerpo” (Mt. 10:28). Aunque la esencia de Dios está en todas partes, nunca se mezcla con la impureza. Del mismo modo, Jesús vivió entre pecadores y fue “tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (Heb. 4:15).
Isaías exhorta a la gente a “invocar [a Dios] mientras está cerca” (55:6); sin embargo, Proverbios 15:29 dice: “El Señor está lejos de los malvados”. ¿Cómo puede estar cerca de algunas personas y lejos de otras cuando está en todas partes todo el tiempo? Para responder a esta pregunta, debemos distinguir entre la esencia de Dios y Su relación con las personas. Él está en todas partes en Su esencia, pero con individuos específicos Él está lejos o cerca relacionalmente. Cuando nos convertimos en cristianos, Cristo habita en nosotros. Dios puede llenarnos de Su plenitud (Ef. 3:19), y el Espíritu que vive en nosotros también puede llenarnos (1:13; 5:18). Pero antes de que el Espíritu de Dios habitara en nosotros relacionalmente, Su esencia nos condenó de pecado y nos salvó.
El Antiguo Testamento nos dice que Dios moraba entre las alas de los querubines en el Arca de la Alianza. Ese lugar era un símbolo de la presencia de Dios. Hoy la iglesia representa la presencia de Dios en la tierra. En el Milenio, el gobierno de Cristo en el trono de David en Jerusalén representará la presencia de Dios. En el Cielo Su presencia será representada por el trono de Apocalipsis 4-5. Recuerda, sin embargo, que el símbolo de la presencia de Dios nunca restringe Su esencia.
Sugerencias para la oración
Alaba a Dios porque es omnipresente, y dale gracias porque vive en ti.