Dios busca entre los perdidos
un sencillo corazón
que se vuelva arrrepentido
en busca de salvación.
Cristo le ofrece el consuelo,
perdón, salud, gozo y paz,
y una morada en el cielo
por toda la eternidad.
Dios busca entre los salvados,
un joven con decisión,
que cual valiente soldado
defienda su pabellón.
Que no se canse en la lucha.
Que sepa perseverar
y que esté siempre a la escucha
del que ha de hacerlo triunfar.
¿Quién responde al llamamiento?
¿Quién a Dios responderá
aprovechando el momento?
Después ya tiempo no habrá.
Un día, al fin de la cuesta
nos dolerá ante el Señor,
no haber dado fiel respuesta
a su búsqueda de amor.
POR- Antonio Almudévar