El dolor de ver a tu hijo rechazar a Dios es desgarrador. Pero no debemos perder la esperanza. ¡La salvación es del Señor!
Artículo completo: http://bit.ly/2EFJtKF
El dolor de ver a tu hijo rechazar a Dios es desgarrador. Pero no debemos perder la esperanza. ¡La salvación es del Señor!
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