Este fin de semana hemos tenido un regalo de Dios con la Conferencia Por Su Causa 2017, De las Tinieblas a la Luz, en la cual se ha predicado con excelencia la palabra de Dios. El tema principal ha sido la base de las tesis de Martín Lutero que provocaron la Reforma en octubre de 1517, las cinco Solas, sólo escritura, sólo fe, sólo gracia, sólo Cristo y sólo la gloria es de Dios. Como cierre hoy ha predicado el pastor y maestro invitado Steve Lawson, con el mensaje Siguiendo a Cristo, basado en Mateo 9:9, el cual dice textualmente (NTV): Mientras caminaba, Jesús vio a un hombre llamado Mateo sentado en su cabina de cobrador de impuestos. «Sígueme y sé mi discípulo», le dijo Jesús. Entonces Mateo se levantó y lo siguió. Este pasaje resume el llamado que Jesús hace a Mateo.
Mateo, cuyo apellido era Leví, era un publicano o cobrador de impuestos judío al servicio del imperio Romano en Capernaum. Se reconoce como el primero en escribir su evangelio, en el cual recoge las principales historias y prédicas de Jesús, con especial interés en aquellas que llamaban la atención al pecado del pueblo judío y sus expectativas de un reino terrenal.
En este pasaje notamos que Mateo respondió como todos respondemos al llamado de Cristo. Simplemente le siguió. Ni el cargo, ni sus ganancias, lo detuvieron. Él lo dejó todo, y se observa un cambio radical de su corazón en el hecho de que nunca más volvió al oficio de recaudador de impuestos, aunque otros discípulos de manera momentánea volvieron a sus antiguos trabajos después de la partida de Jesús. Es obvio que Cristo y Su palabra operan un cambio irreversible en quienes toman la decisión de seguirlo.
Vemos el acto más sencillo del cristianismo, seguir plenamente a Jesús. Después de este llamado, Mateo no vuelve a sentarse a cobrar impuestos y a tener ganancias por ello, Mateo lo deja todo y lo sigue. Jesús llama a Mateo a que salga del mundo y lo siga. Es el mismo llamado que nos hace en nuestros días.
En el texto se destacan cuatro puntos importantes:
1.- El Salvador que todos buscamos. El nombre de Jesús es el Dios hombre, es el verdadero salvador, porque necesitamos un intermediario con Dios y Jesús es el mismo Dios. Jesús vio a Mateo y lo estaba buscando porque es uno de los que Dios le dio. Jesús busca y toma la iniciativa, nos rescata de muerte a vida. Ve nuestras necesidades en nuestro corazón y conoce nuestra necesidad de perdón.
2.- Jesús vino a buscar a Mateo que estaba ocupado y cargado. Igual pasa con nosotros, que estamos preocupados por nuestro futuro y comodidad económica. Estamos ocupados en nuestros asuntos, muertos en nuestros delitos y pecados, alejados de Dios, sin saber los planes del Creador para con nosotros.
3.- El mandato de Jesús a Mateo. Jesucristo le ordena con una sola palabra, sígueme. Este mandato no significa el seguir un grupo, una religión, una iglesia con un predicador, significa seguirlo a Él. Este llamado lo hace porque Jesús está lleno de misericordia, para transformar tu corazón. Igualmente, este llamado Jesús lo hace de manera personal e individual, es un llamado a cada uno. No lo hace por los méritos de cada uno, lo hace porque tiene un propósito y un plan para cada uno de nosotros. Nosotros en este tiempo solo debemos seguir a Jesús para descubrir los planes que tiene Dios para nosotros, debemos movernos por fe para seguir a Jesús. Debemos caminar en Sus Caminos. Nuestra vida es radicalmente cambiada cuando entramos a este Camino, que va en contra del mundo. Todavía hoy Cristo sigue haciendo este llamado.
4.- Mateo toma la decisión correcta. Se le presenta la disyuntiva de seguir a Jesús o quedarse haciendo lo que hacía, pero Mateo hizo lo que hacemos todos los que recibimos este llamado, se levantó y dejó su trabajo y sus ganancias para seguir a Jesús. Mateo se muestra obediente al mandato de Jesús. Inmediatamente Mateo muestra una fe sumisa, siguiendo el mandato de Jesús. De igual manera nosotros debemos seguir a Jesús, con fe ciega, vivir por fe porque Él tiene pleno control del mundo y conoce lo que nos conviene.
Tanto es el cambio que se produce en Mateo, que luego sale a buscar a sus amigos y compañeros de trabajo para que aceptaran a Jesús y lo sigan. Nosotros también debemos hacer lo mismo. Debemos seguir a Jesús que nos llevará a una vida de santidad personal y a una vida libre del poder del pecado. Lo que ganamos siguiendo a Jesús no tiene comparación con lo que perdemos de este mundo. Seguir a Jesús es el más grande privilegio.
Lawson nos recuerda que seguir a Jesús es la misma esencia del cristianismo. Seguirlo con fe y disfrutaremos de esa vida en abundancia que Él prometió. Creer firmemente en nuestro corazón que Él es el hijo de Dios, nos libera del pecado y de una vida en este mundo llena de miseria espiritual, porque Él ha venido a buscarnos a nosotros los pecadores para sanarnos.