Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay; (Hechos 4:24)
Desde siempre el origen del mundo, de los seres vivos y especialmente del hombre, ha preocupado al ser humano.A lo largo de los últimos siglos se han elaborado muchas teorías para escribir al Creador. Incluso si admitiésemos que ciertas mutaciones fuera posible ¿quién habría formado el primer elemento de este universo y le había dado la capacidad para diversificarse de una forma tan prodigiosa? Reconozcamos modestamente que eso es inexplicable por medio de la razón humana.
En el primer capítulo de Génesis Dios nos revela, por medio de un relato simple y majestuoso, el desarrollo de su trabajo de creación Hablo, y fue hecho.El fue quién creó a partir de la nada. El creyente, colocándose humildemente en su posición ante el Creador, cree sencillamente lo que Dios le dice a través de su Palabra.
Ese Dios que creó el universo únicamente por el poder de Su Palabra, es Dios infinito en su grandeza, también es el Dios infinito en su amor. “De tal manera amo Dios al mundo que ha dado a su Hijo unigénito” ( Juan 3:16 ). Sí creemos lo que Dios nos dice con respeto su obra creadora, también debemos creerlo con respeto a las obras de redención, que nos libera de la esclavitud del pecado.
Sí por la fe comprendemos que el mundo fue creado por la Palabra de Dios, también por la fe podemos ser salvos.
Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. ( Hebreos 11:3 )