Cual oveja descarriada
huyendo de su Pastor,
así andaba yo alejada
del camino del Señor.
Pero mi buen Salvador
me miró y me vio perdida
y vino lleno de amor
a salvarme y darme vida.
Con tanto amor me buscó
mi amantísimo Pastor,
que su sangre derramó
por librarme del dolor.
En vez de darme el castigo
que mi culpa mereció
bondadoso y compasivo
en sus hombros me llevó.
Ahora que me ha salvado
y me ha vuelto a su redil
soy tan feliz a su lado
que le adoro veces mil.
Hasta que en la eterna gloria
siempre le pueda mirar
y cantar la dulce historia
del que me vino a salvar.
Amigo que no eres salvo
Jesús hoy te busca a ti;
Ven pronto, ven a su lado
que con Él serás feliz.
Por- Elvira Vila Massana