DANIEL. Poco se sabe de los progenitores de Daniel. Fue llevado a Babilonia en 604 A.C. y educado para el servicio del rey. Durante este adiestramiento, Daniel y sus tres jóvenes amigos se negaron a comer alimentos ofrecidos a los ídolos (Daniel 1:8) y pidieron que se les cambiara la comida. Después de someterlos a examen, se les otorgó lo pedido, pues se halló a estos jóvenes judíos en mejores condiciones físicas que quienes comían los alimentos del rey; además, sobrepujaron a todos los demás en conocimientos y sabiduría. Daniel interpretó un sueño de Nabucodonosor que revelaba el futuro de su imperio. Tuvo también visiones del futuro del mundo. Además, interpretó para Belsasar, hijo de Nabucodonosor, la escritura aparecida sobre el muro. Por intrigas de sus rivales fue echado a la cueva de los leones debido a su fidelidad en adorar a Dios (Daniel 6:10?24). Esta intriga para librarse de Daniel fracasó por causa de la gran fe de éste. Daniel fue un profeta que hizo prosperar la causa de Dios.
DAVID. En hebreo David significa “amado”. Las principales fuentes de datos biográficos sobre David son los libros de Samuel y Reyes. David, hijo de Isaí, nació en Belén. Fue el menor de ocho hermanos y pasó la juventud como pastor. Dios envió a Samuel a ungir a uno de los hijos de Isaí como sucesor de Saúl. Desentendiéndose de los hijos mayores, ungió a David. Luego éste volvió a sus tareas pastoriles hasta que su talento musical y poético llegó a oídos del rey Saúl. Éste lo llevó a la corte, en donde, David trabó amistad con Jonatán, hijo de Saúl; David se casó con Mical, hija del mismo rey.
Estas nuevas relaciones tuvieron suma importancia en la futura seguridad de David. En el palacio de Saúl aprendió mucho respecto a la vida corte sana y militar, todo lo cual contribuyó a prepararlo para ejercer el reinado. Cuando en su juventud mató a Goliat, conquistó gran popularidad, pero también se atrajo la ira de Saúl, del cual tuvo que huir durante muchos años. David gobernó a Judá en Hebrón siete años y medio antes de llegar finalmente al trono de todo Israel. Reinó aproximadamente de 1000 a 961 A.C. Sus triunfos incluyen: (1) el retorno del arca a Jerusalén.
(2) la unión de las doce tribus.
(3) el establecimiento de la capital en Jerusalén.
(4) los planes para edificar el templo.
Murió a los setenta años de edad, y fue sepultado en la “ciudad de David”, Jerusalén.
DÉBORA. Débora fue una profetisa que vivió entre Ramá y Betel en el monte de Efraín, en donde juzgó a Israel (Jueces 4:5). El pueblo había caído en total desaliento bajo la opresión de los cananeos. Débora inspiró al pueblo y llamó a Barac para que dirigiera las fuerzas contra Sísara y los aliados de éste. En la batalla de Cedes fueron derrotados los cananeos mandados por Sísara. Los detalles de esta liberación constan en el cántico de Débora y Barac (Jueces 5).
DORCAS. Dorcas (conocida también como Tabita, que significa “gacela”) era una cristiana de tope a quien Pedro resucitó (Hechos 9:36?43). Era amada por todos y notoria por sus buenas acciones y caridad, especialmente por la ropa que hacía y regalaba. Cuando Pedro la resucitó, la noticia cundió por todas partes, y como consecuencia muchos conocieron a Cristo.