El espejismo de la independencia (Génesis 3:10)

Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.(Génesis 3:10)

 


¿Conocemos el porqué del malestar interior de cada ser humano? ¿La razón por la cual existe el egoísmo la soberbia, la violencia y toda clase de maldades? La Biblia contesta estas preguntas en sus primeras páginas, allí cuenta los comienzos de la historia moral de la humanidad.

Tristemente, un hecho domina esta historia: la caída, dicho de otro modo, la inicial desobediencia del hombre. Este perdió su relación con el creador y desde entonces anda lejos de él .Ese ser desvío la finalidad de la vida.Olvidó que su privilegio más grande era vivir en confianza con Dios.

En lugar de esto, se dejó seducir por el espejismo de la independencia e hizo del placer su principal objeto, burlando la justicia con frecuencia para satisfacer sus inmediatos y egoístas deseos. Por otra parte, se formó una falsa idea de Dios, al imaginárselo como su enemigo sin cesar, huye de él , creyendo que así puede librarse de las consecuencias de su rebeldía.

Recordar esa decadencia moral, ¿es ser pesimista? En absoluto, es ser realista y querer curar el mal desde la raíz. Volverse hacia Dios implica estar consciente de su culpabilidad ante él. 

Solo así se puede comprender su plan de amor Dios, antes de la caída del hombre, había destinado a su amado Hijo para que fuera” el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo(Juan 1:29).

 

Ve y clama estas palabras hacia el norte, y di: Vuélvete, oh rebelde Israel, dice Jehová; no haré caer mi ira sobre ti, porque misericordioso soy yo, dice Jehová, no guardaré para siempre el enojo.Reconoce, pues, tu maldad, porque contra Jehová tu Dios has prevaricado, y fornicaste con los extraños debajo de todo árbol frondoso, y no oíste mi voz, dice Jehová. (Jeremías 3:12-13)