No te niegues a hacer el bien a quien es debido, Cuando tuvieres poder para hacerlo. (Proverbios 3:27)
Salomón ahora dirige la atención de su alumno a los demás. La redacción utilizada aquí destaca esto como un deber: no debemos “retener el bien”. Eso implica que este “bien” es algo que estamos obligados a dar a los demás. Esto es como decir “trata bien a los demás”. Por esa razón, esta primera instrucción toca el uso moderno de la palabra “honor”, como se usa para cumplir con una obligación. Especialmente cuando se espera o se debe algo bueno, debemos buscar activamente cumplir con ese mandato. Esto se enfatiza nuevamente en el siguiente versículo (Proverbios 3:28). Esto de hacer el bien u honrar puede tomar muchas formas diferentes.
Un niño puede honrar a sus padres siendo obediente y respetuoso (Efesios 6: 1–2). Los padres pueden honrar a sus hijos al no molestarlos por cada pequeña cosa. En cambio, deben considerar a sus hijos como una mayordomía del Señor y criarlos en la disciplina y la instrucción del Señor (Efesios 6: 4).
Los siervos o empleados pueden honrar a un empleador trabajando ardua y sinceramente como para el Señor (Efesios 6: 5-7). Los amos o empleadores deben tratar a sus empleados de manera justa (Efesios 6: 9). Un empleador puede honrar a los empleados leales y productivos otorgándoles un ascenso, un regalo de agradecimiento o un aumento.
Los jóvenes pueden honrar y respetar a los ancianos (1 Pedro 5: 5).
Los miembros de la iglesia pueden honrar a sus líderes espirituales pagándoles bien por su servicio fiel (1 Timoteo 5:17) y “[estimándolos] muy en amor por su trabajo” (1 Tesalonicenses 5: 12-13).
Resumen del contexto
Proverbios 3: 27–35 da principios generales sobre nuestras relaciones, tanto con otras personas como con Dios. Salomón instruye al lector a mostrar honor, integridad, honradez, paz y contentamiento hacia los demás. Este pasaje también contrasta la respuesta de Dios a quienes desafían su voluntad, versus sus acciones hacia quienes lo honran.
Resumen del capítulo
Este capítulo de Proverbios está dirigido al hijo de Salomón. El término “mi hijo” aparece 15 veces en los capítulos 1-7. Las palabras pueden aplicarse a uno de los estudiantes de Salomón en su corte oa uno de sus hijos biológicos. La aplicación de la sabiduría en Proverbios 3 muestra los beneficios de confiar en el Señor con todo el corazón. Salomón atribuye la obediencia y la confianza a Dios por la longevidad, el éxito, la guía, la salud, la recompensa que excede la riqueza monetaria, el disfrute, la paz, la seguridad, la confianza, las excelentes relaciones humanas, la bendición y el favor del Señor y el honor. Como con todos los “proverbios”, bíblicos o de otro tipo, su propósito es impartir sabiduría general, no profecía absoluta. Como la audiencia original.