Parábola de la gran cena (Lucas 14:15-24) La preparación (1)

Oyendo esto uno de los que estaban sentados con él a la mesa, le dijo: Bienaventurado el que coma pan en el reino de Dios. Entonces Jesús le dijo: Un hombre hizo una gran cena, y convidó a muchos. (Lucas 14:15-16)


Cierto día Jesús fue invitado a comer a casa de un fariseo, una de las personalidades religiosas de su época. Acababa de hablar de “la resurrección de los justos” cuando uno de los invitados, pensando en un futuro así, exclamó: “Bienaventurado el que coma pan en el reino de Dios”. Y tenía razón: formar parte del Reino de Dios, es decir, de un mundo en donde el amor y la justiciareinan,en donde el pecado, el sufrimiento y la muerte no existen…¿puede ofrecérsenos algo mejor?

Jesús no contradice a esta sabía frase pero, como siempre, denuncia la inconsecuencia y falsedad del corazón humano que, cuando Dios lo invita a gustar esa felicidad, se deja desviar por preocupaciones incluso legítimas. Es lo que ilustra por medio de esta parábola llena de significado. “Un hombre hizo una gran cena, y convidó a muchos” Ese hombre, como todos comprenderán, representa a Dios. El festín que está preparando, al que invita a mucha gente, también habla claramente de la felicidad que Dios ofrece a los hombres junto a él en el cielo. No pone ninguna condición; todo procede de la amabilidad del que invita.

Sí, el amor de Dios no ha dejado de buscar el bien de su criatura. Siempre ha invitado a <<mucha gente>>, y hoy todavía invita porque desea compartir su propia alegría. ¡Usted también está invitado!