Jesús cuenta la historia de un joven que dejó el hogar paterno para irse a una provincia lejana en dónde, de aventura en aventura, trato de vivir la vida a su antojo, pero lo único que hay o fue decepción y soledad.
Cuanto más se alejaba de la casa paterna,más se acercaba a la casa de la desesperación los pasos del pródigo, en vez de conducirlo a un país manjares, ser lo condujeron al comedor de los cerdos.
Este parábola es un recordatorio constante de que el hombre está hecho para vivir en la casa del Padre (Dios) y que toda fuga solo traerá decepción y nostalgia.