Héctor Bustamante – Breve exposición de Génesis 11

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Génesis 11

La torre de Babel

11 Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras.

2 Y aconteció que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se establecieron allí.

3 Y se dijeron unos a otros: Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla.

4 Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.

5 Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres.

6 Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer.

7 Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero.

8 Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad.

9 Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió[a] Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra.

Génesis 11 podría ser titulado “Dios esparce a los habitantes de la tierra con el propósito de construir su reino”. Babel es el intento de sacar a Dios de la ciudad para que no gobierne y el hombre sea la máxima autoridad. No quieren obedecer el mandato de Dios de llenar la tierra y fructificarla, sino que buscan asentarse en un lugar como un grupo indestructible en sus propias fuerzas para su propia gloria y no para la gloria de Dios. Pero Dios los juzga al confundir sus lenguas. De esta forma, Dios podrá implantar su reino en cuya consumación todos los hombres redimidos cantarán unidos un cántico. Así mismo, Dios juzga la ciudad de Babel que quería hacerse un nombre para que finalmente le de a Jesucristo un nombre sobre todo nombre. Los planes de Dios de construir una ciudad y un pueblo nunca son frustrados sino todos cumplidos en la persona de Cristo.

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