Hace apenas una semana que concluimos el por su causa 2019 con la temática de Revolución Sexual, cuyo eje central es la ideología de género. Nosotros los cristianos en diferentes países hemos estado haciendo oposición a la imposición de una ideología que es completamente contraria al diseño de Dios.
Sin embargo, de esa misma manera el pueblo cristiano a nivel global, ha encontrado suficiente oposición de parte de gobiernos e instituciones educativas y de otra índole y la presión en ocasiones se siente tan fuerte que muchos de nosotros hemos podido sentir cierta intimidación al ver las condiciones sociales que probablemente estaremos heredando en los próximos años.
En el mensaje de cierre, yo estuve hablando de como el apóstol Pablo advirtió a Timoteo de que en los últimos días, la condición moral de los hombres sería desastrosa y que esa condición iría de mal en peor.
Justamente la reflexión sobre un texto como ese que aparece en la segunda carta de Pablo a Timoteo, capítulo tres, pudiera hacer temblar a cualquiera, pero cerramos concluyendo que nosotros confiaríamos en Dios…
17Aunque la higuera no eche brotes,
ni haya fruto en las viñas;
aunque falte el producto del olivo,
y los campos no produzcan alimento;
aunque falten las ovejas del aprisco,
y no haya vacas en los establos,
18 con todo yo me alegraré en el Señor,
me regocijaré en el Dios de mi salvación.
Menciono esto porque me parece que el texto de hoy le da continuación en cierta manera a la forma como terminamos en Por Su Causa, poniendo nuestra confianza en Dios, y por eso yo he titulado mi mensaje esta mañana: El Señor en defensa de Pablo.