Un Extraordinario Salvador – (Charles Haddon Spurgeon)
ERMÓN PREDICADO LA MAÑANA DEL DOMINGO 4 DE ENERO DE 1857
POR CHARLES HADDON SPURGEON
EN EL MUSIC HALL, ROYAL SURREY GARDENS, LONDRES.
“Grande para salvar”. Isaías 63: 1
Esta aseveración se refiere, por supuesto, a nuestro bendito Señor Jesucristo, quien es descrito como “éste que viene de Edom, de Bosra, con vestidos rojos”, y quien, cuando se le pregunta quién es, responde: “Yo, el que hablo en justicia, grande para salvar”. Entonces será bueno que al comienzo de nuestro discurso hagamos uno o dos comentarios concernientes a la misteriosamente compleja persona del Hombre y Dios a quien llamamos nuestro Redentor, a saber, Jesucristo nuestro Salvador. Uno de los misterios de la religión cristiana es que nos enseña a creer que Cristo es Dios y, no obstante, que es hombre. Basándonos en la Escritura, nosotros sostenemos que Él es “Dios verdadero”, igual y coeterno con el Padre, y que al igual que Su Padre, posee todos los atributos divinos en un grado infinito. Él participó con Su Padre en todos los actos de Su divino poder: estuvo involucrado en el decreto de la elección, en el diseño del pacto, en la creación de los ángeles y en la creación del mundo, cuando fue trasladado de la nada al espacio, y en el ordenamiento de este hermoso cuadro de la naturaleza. Antes de realizar cualquiera de estos actos, el Redentor divino era el Hijo eterno de Dios. “Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios”. Tampoco dejó de ser Dios por hacerse hombre.