¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.(Isaías 49:15)
Stephen,un niño africano que fue abandonado por su madre y maltratado por sus familiares, se crió en la calle.Después de su fallido intento de suicidio ingreso en una organización terrorista.Se le enseño a odiar a manejar las armas y se le confió la misión de sembrar el terror en la población civil.La ocasión se le presentó cuando una misión cristiana organizó unas reuniones.
El propósito de Stephen era lanzar algunas granadas al público.Para ello se mezcla entre la gente.El predicador hablo con convicción sobre el tema del pecado señalando con el dedo al auditorio.Atónito Stephen creo que se refiere a él.¿Como conocía su vida? Luego el predicador hablo de la gracia de Dios, de su poder para transformar la vida.
Stephen estaba tan impactado que olvidó su misión de sembrar el pánico. Se acercó al predicador y lo contó su vida.Este le leyó una promesa de la Biblia “Aunque mi padre y mi madre me dejara con todo el Señor me recogerá”(Salmo 27:10). Stephen comprendió que el amor de Dios podía cambiar su vida.
Por primera vez en mi vida me arrodillé para acercarme a Dios – dijo él.Por fin había comprendido que Dios me hablaba y me esperaba…clamé:!Dios no sé nada y no soy nadie…!Mis padres no quería saber nada de mí.Tómame…Me arrepiento del mal que hice.Jesús, perdóname…
Inmediatamente tuve la impresión de ser librado de un gran peso.el alivio que me aportaba la paz inundó mi alma.
La invitación es a que abramos las Escrituras cada día para conocer la voz de nuestro Pastor y permitir que él nos pastoree y transforme.
Yo buscaré la perdida, y haré volver al redil la descarriada; vendaré la perniquebrada, y fortaleceré la débil; mas a la engordada y a la fuerte destruiré; las apacentaré con justicia.(Ezequiel 34:16)